MICROCUENTOS.
Espectros.
- ¿tienes miedo?
- Mucho…
- ¿por?
- Hay demasiados vivos entre nosotros.
Testigo
La multitud bramaba en cólera.
- ¡blasfemo!
- ¡hereje!
- ¡indigno!
Luego de unos minutos, Lázaro sale de la cueva.
Del alboroto solo quedaron susurros hasta llegar al silencio absoluto
Que fue quebrado por un grito agudo, una mujer entre los presentes lloraba…tal vez emoción devoción o simplemente perdió, como otros tantos, su apuesta.
Antes del final
- Mujer: no quiero mas nervios, siento arena en la venas, este sentimiento es demasiado tempestuoso…no estoy lista. Hasta aquí llego mi amor y mi pasión, al despertar se lo diré.
Llega romeo, la ve dormir.
Lo anterior y demás es historia conocida.
Troya.
Las noches seguían oscuras, nadie lo pudo explicar. Hasta que Josesito confeso:
Josesito- subí a mis hombros a Ofelia, mi hermana más pequeña, y extendió sus brazos con mucha paciencia y en silencio, como una emboscada troyana, una a una, le ayude, a comerse todas las estrellas…
Todos sin salir del asombro preguntaron por la luna que también faltaba en el cielo.
A lo que el pequeño respondió:
Josesito- se quedo con hambre y como si fuera una aceituna de un mordisco también se comió la luna…no se la pude negar, valió la pena cada segundo de espera, fue el primer postre de su vida
.
TESTIGO
Testigo.
Si mis ojos solo vieran la luna
No tendría que testificar tanta pestilencia
Si mis oídos solo escucharan
La sinfonía de grillos
No tendría que testificar
Tantos alaridos, propios y ajenos
Por igual, alaridos al fin
Si mi memoria solo retuviera
Aquel instante donde sonreí (y tú conmigo)
No tendría historias de fantasmas y demonios
Que atormenten los días venideros
Si solo testificara mis luces
Te privaría de conocer mis sombras
(Donde talvez encuentres sombras parecidas a las tuyas
Y te sientas mas parecida a mí)
Si solo te llevara a la plaza todos los días
De mi vida (con sus noches)
Te olvidarías del infierno y de que estuvimos allí
Por eso me ofrezco con mis brujas, lejanías y encierros
Con todas mis flores, pájaros y carcajadas
Con mis brazos de hierro y mi temperamento
De hierro y miel
Con mi luna llena, y mis brazos de hierro
Para sostenerte cuando la mierda del mundo te hiera
Con el regalo mas grande; una noche clara
Y nuestras mentes claras también,
Y los grillos cantando para nosotros
Esperando tener tu contención si grito
Por dentro o rara vez por fuera
Esperando escuchar de tus labios mí historia
Y que no me engañes, pues la creeré
Hazme rey (de tu existir)
Pero decapítame si caigo en la tiranía.
miski simiykitam sunquypi uyarichkani.
Kay tutam qayamusayki.
Amayá llanqata suyachiwaichu.
Amayá sapallayta saqiruwaychu.
(TE RUEGO NO ME DEJES SOLO, DE POEMARIO CHECHUA 2008)
SEGUNDA CONFESIÓN DE INVIERNO (+ frag. tristeza)
SEGUNDA CONFESIÓN DE INVIERNO / QUINTEROS RAMÍREZ
“Que por más lejos que estemos, más trincheras que cavemos, más disparos, mas silencios, y más lagrimas de enero. Sin saber si volveremos, si el permiso será eterno, que te sirvan éstas líneas, pa" que sepas, que te quiero”. (Antonio Orozco)
Renovado, llamo a lo imposible a ser. Desde mi ventana, pasillos y pasadizos, como sedienta boca, obligo a los últimos coágulos a derramarse. Me aliviano y sigo. Duplico el firmamento con mi lista de esperas y búsquedas, duplico hoy, lo triplicare luego, pues evito numerar las puertas golpeadas, para no recordarlas mañana. Como pasajero sin boleto, esquivo obstáculos y solo mis pasos sigo, por el camino que a nadie responde ni premia, sin otro propósito que el de ir, de confín a confín, y como un pez que olvida segundo a segundo lo visto, renovarme y emprender la vuelta, redescubriendo el todo y la nada, una vez más. Termino el camino con el solo anhelo de volver a empezar, como un dinamo. Aun que mi memoria sea débil, mis manos no, e intento a cualquier precio aprisionar souvenires de toda experiencia, con la fuerza de la venganza y la claridad del que ama, retengo cada imagen, inquilinas en cicatrices y caricias. Así noche tras noche, recuento mi leyenda personal como un cuento para conciliar el sueño y lentamente me dejo caer, para erguirme en algo suave, como el llanto o los sueños esperanzados y así pasa mi calendario vital, sin embargo despertar para contar días, olvidando llevar la cuenta de estrellas, no es para mi, prefiero alergias antes que inviernos, no acepto la imagen roída, ni los segundos muertos del tiempo. Contando estrellas y cuentos, olvido para aprender, a cualquier precio, todo. Solo retengo lo que mis manos puedan llevar.
Curioso me siento útil en esta vida, solo con mis ojos de mapa y brújula, continuo este camino. Aunque mi memoria no, mis manos te recuerdan, solo sé que eres, que existes…te vi en algunos de estos días o te cruce en otra vida. Miro al cielo y presiento que las estrellas se cansaron de guiarme y todo descansa, menos yo que te busco, rostro por rostro, superviso cada pasajero, cada visitante, cada cicatriz, cada caricia, en algún lado de seguro te hallare, y entonces podré olvidarte completamente, para redescubrirte una vez mas. Es imposible que te haya imaginado, lamentablemente mi imaginación no es tan volátil.
Entro en una sala, dejando el caudal libre a la expresión pues mi poca memoria me cuida y mi conciencia cuida de los demás. Todos me reconocen, soy el que opina en velorios, deserta en vísperas de fiestas, el que con la misma lengua, construye sogas para los ahorcados o logra bonitos moños para envolver versos robados. Supervise a todos, aquí no estas. Levante la copa de vino con amargura, una o dos lagrimas e incontables costuras, y antes de irme brinde con ladys y gentellmans que arquean el meñique al alzar la copa: “Lograr ser lo que siempre se quiso e hizo bien a los demás…o en su defecto, un mal pequeño”. Al salir continuo pensando el por que de mi búsqueda, ¿será un modo de sobrevivir?, ¿podré quitar las espinas que deja la experiencia?, y mientras olvido mis retóricas, sonrió, a pesar de mi merito casi caduco, de no solo estar de paso por esta vida e intentar redescubrirnos continuamente. Sigo el camino creyendo en todo y en todos, al menos una vez o dos o tres, para justificarme la soledad, al menos una o dos o tres veces. Di y doy, de lo que me sobra y de lo que apenas tengo, a cualquiera que se acerque a pactar conmigo. Pedí y aun pido, lo imposible, para nunca conformarme, acepte y acepto, la misma cláusula con altura. Callo cuando todos hablan y callo cuando estoy solo, pues los que me acompañaron y acompañan, no necesitan palabras para aprehenderme y viceversa. El tiempo solo roba a los distraídos, por eso aprovecho el silencio y cuento mis dedos de vez en cuando, para ver si el tiempo no me robo alguno, mientras me distrae el cartel de mi ruta favorita: “Desconfiar de la sombra, Si baila mas lento que tú”, pienso en la frase y me dejo llevar por la inercia, sin olvidar que mi ansia requiere puerto firme. Dejo todo y me llevo solo lo que entra en una mano, y de ser necesario, la abriría para contarme los dedos una vez mas, para asegurar la cantidad, a veces pedir calidad, suena a vicio. En este camino vi pasar los cadáveres de mis enemigos mas de una vez y no derrame lágrimas, y así fui adquiriendo mas heridas mal cicatrizadas, hoy día, aunque cuesta, mejor atento y vivo, lloro y sonrió, en cada muerte nuestra, para sentirme vivo y completo, pero aun continuo envidiando la libertad del que no la vende y aprendiendo a respetar y admirar a los que por una moneda la corrompen, continuo alejándome de los buenos y solo tengo compañías transitorias, pues quiero mil veces antes de amar a una sola.
Para no segarme, me olvido de la música y su chispa adecuada, de Benedetti con su faro, de Neruda y toda su desesperación, cuando más los necesito. De vez en cuando me contradigo para no caer en la tiranía, y predico ahondando en lo incierto, como un erudito. Despierto cada día y miro hacia el cielo, para comprobar mi teoría: “algún día el sol se romperá”, siempre me gusto el juego del sátiro que aleja a los incrédulos, y si alguno se queda, sin jerarquías, ni ley primera, alzo mis ojos, sin pretensión y a corazón desenmascarado, brindo con el incrédulo enemigo y con las manos limpias, saludo cordial a los amigos. Choco mi copa con esclavos o reyes, y con cualquiera que lo desee debato sobre el todo del todo y la nada circular que sin restricciones nos rodean. Nunca brindo ni saludo en tu recuerdo, pero agradezco y maldigo, a tu puta y a tu lady, que me hicieron hombre y me hicieron bestia, y en secreto, entre esta multitud, porque se que ahí estas, te dejo y te llevo conmigo, mientras tanto, llegando al final del camino, me tomo un instante de melancolía, respiro muy hondo y sigo. Recordando nuestro ultimo abrazo, pienso: “solo deje en tu labial, la ultima palabra cuando la victoria fue llevarme el ultimo silencio, te bese y dije: “hasta siempre, que en realidad fue un hasta nunca, que se convirtió en un hasta luego”… un hasta luego, con tristeza de payaso y tristeza de prostituta en una sola tristeza, con rudas que ya no sueñan ser jazmines, con noches que igualan las anteriores como si fueran fotocopias y son torpes como las tumbas, petrificándome hasta los huesos, me desordenan como arena al viento, me silencian sin ser el traidor del salón y así me convertí en este pájaro que canta en braile con el pico de cicuta, decorado con besos blindados y parpadeos como cuchillos que pasan como aniversarios adelantados, entre este aguacero inquisidor en medio de primaveras, y quedo balbuceando sin jamás ser palabra, opaco como una casa sin niños, crudo como la pobreza. Intolerante y soberbio como todo violento, verdugo, que sin latido ni sangre, ni siquiera identidad, planifica el derramamiento de la acequia venidera, taciturno como un perro callejero sin pulgas, bostezo alquitrán y solo me protege un mural de ladrillos huecos que sin coartada perfecta, sin culpable ni crimen juzgable, solo camina y de vez cuando se mira las manos y las mangas llenas de telarañas, con ases ajeados por las trampas, con la frente arrugada, la nariz necia, soy el despertar de un sueño roto, sin buenas noches ni tesoro, con la visión monocromática estancada en un invierno anual, un cántaro que sin agua ni esperanza se rompe, un ciego entre tinieblas, el ultimo lobo herido que sin aullar se deja morir, es una pena que entre mis líneas halla un lobo, pues en todos los poemas hay lobos, solo en uno no, el mas bello de todos (1)…Un Muñeco de trapos, sin uso ni juego, con incontables jirones y remiendos, la espera inútil, sin tiempo. Lejano como el útero, así, en íntima procesión, aquel que fue dentro de mi y este nuevo yo sin ti: Contemplamos tu ausencia. Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo (2). Acostumbrado a la fuerza, que me prepara a diario para el último sueño, la noche toca sin herir, mi ojo. Comienza mi entrenamiento circular, de mal actor improvisado, en este teatro noctámbulo, que me acompaña a todas partes (ninguna parte en verdad). Siendo vivo, sin fingir, me niego a callar, que es morir un poco, sin haberme manifestado en risa o llanto. En la vigilia, aun me queda alguna comedia/trágica por montar, grito mi monologo, y mi insostenible argumento logra que mi libreto caduque antes de que se abra el telón. Ya nadie aplaude si no hay, al menos, un desnudo “artístico”. Sin remedio, ni aplauso, me duermo, una vez más. Imprudente visita, que astilla la monotonía, sin invitación ni palabras, aviste el sol. Premeditado amanecer, que desde ayer u otra vida, había dejado de esperar. Reloj que empiezo a domesticar. Mi circo tardío pero seguro, comienza su función en las puertas del jardín: Mi trapecista, el mejor de todos, vuelve a saltar sin red. Mi hombre bala secó su pólvora al sol y ya esta en el ruedo mas encendido que antes. Mis enanos un poco más altos encorvan sus espaldas. Mi mago ya no esconde un as en su manga pero si, un viejo conejo gris… igual así, es cuasi / perfecto. Esta vida mía, vuelve a recuperar todas sus funciones en un solo día, aun no llegan mis queridos payasos…la tristeza tarda en maquillarse. Esta confesión de invierno, lleva decorativamente palabras con las cuales, me evito nombrarte. Aun me prohíbo lo me es nocivo, en la medida que pueda. Es extraño, ser sin ti, me releo y soy un extraño. Dejé estas reseñas de lo que fue mió, y aun no se si es favorable, pero de seguro, peor el silencio. Arrepentido y convencido, levanto mis manos y todos sus dedos, y lo reconozco: “es un derrota, pero no el fin”.Abro mis manos, cuento mis dedos, y algo se me escapa, y en la medida que puedo voy abriendo lugar para lo nuevo que esta por venir. Caliento mis manos…recuento mis dedos una ultima vez, estiro las piernas…ya descanse lo suficiente, y con el brillo en el ojo de mi noche y sus pestañas brújulas que me orientan a la salida del insomnio, emprendo mi vuelta nuevamente, por el camino acostumbrado, ese que a nadie premia ni respeta…pero vuelvo renovado, aunque solo Dios y mi canto saben a quien nombro tanto (3) en esta confesión…
Ya en el camino de regreso, noto que en el bolsillo de mi corazón hay menos adoquines y días de invierno… Menos, es una lastima que no signifique ninguno, pues, cuando quiero muchísimo a alguien, jamás digo su nombre, seria como renunciar a una parte de él (4), y no estoy dispuesto a renunciar aun, elijo quedarme con nuestras partes, sin importar que sean circo, tragedia, cariño o daño…renovado sigo, y soy así porque no le prendo una vela a Dios y luego otra al diablo (5), Soy lo que quise ser he hizo bien a los demás…o en su defecto el menor mal, pues “Lo que no se dice, se pudre dentro…y es peor” (6)sigo caminando (renovado) por este 20 de septiembre, en busqueda del fin de invierno. un transeunte que pasa a mi lado me mira extraño, y lo justifico pensando que, "Lo que es tesoro y sabiduría de un hombre suene de un modo tonto en los oídos (o miradas) de los otros"(7)
QuinterosRamirez
(1) fragmento: poemas ocultos de James Douglas Morrison.
(2) fragmento: El amenazado de Jorge Luís Borges.
(3) fragmento: canción “decir amigo” de Joan Manuel Serrat.
(4) fragmento: El Retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde.
(5) frase de : Salvador González escalona (pintor cubano)
(6) frase de : Alejandro casona (la barca sin pescador)
(7) frase de : Herman Hesse (Siddhartha)
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